
Esta semana os traigo a Rafael, un autor que conocí de casualidad por redes, colaboramos juntos y descubrí una novela que no me dejo indiferente. Poco a poco pude conocerle mejor y descubrir la gran persona que hay detrás, siempre ha sido un placer charlar con él y hoy quiero que le conozcáis un poquito más.
Cuéntanos un poquito más de ti, ¿quién es Rafael?
He vivido mucho tiempo en Barcelona y Andorra haciendo cine, pero hace unos años tuve que reciclarme y volver a Valencia, dejando de lado ese mundo. Escribir se me presento como la manera genial para continuar creando, sin tener que pasar por los procesos de una producción de cine ni la dificultad de financiarlos.
Soy una persona sencilla, disfruto con un buen café mientras observo el mundo y la locura que lo rodea, buscando en ello inspiración para mi próxima historia.
¿A la hora de leer te decantas más por papel o digital?
Siempre papel, el tacto, el olor, para mí son algo que acompañan el acto de sumergirte en una novela. No he tratado de leer un libro en una tableta electrónica y creo que nunca lo haga. Para mí un libro es un objeto que, si me trasmite cosas interesantes, pretendo que esté en mi estantería de por vida.
– Sin duda como en papel nada, pero hay momentos que en digital también está bien.
¿Qué géneros elijes para leer?
De todo menos romántica que se me hace un poco bola. Thriller, fantástica, divulgación científica o histórica, va con la época en la que me encuentre. Ahora estoy acabando El invierno del mundo, de Ken Follett, que pese a ser ficción, hace un recorrido por las consecuencias de la segunda guerra mundial en diferentes familias alrededor del globo.
¿Recuerdas como nació tu amor por la escritura?, ¿qué fue lo primero que escribiste?
El amor por la escritura nació al ser el único vehículo para crear historias tales a las que veía en el cine. Lo primero que recuerdo haber escrito, a mano y en una libreta de esas del colegio, fue una aventura de piratas y su tesoro que se descubría en la actualidad, una historia que aún tengo pendiente terminar.
¿Te marcas metas y plazos a la hora de escribir, o escribes cuando te llega la inspiración?
No, no me pongo metas. A la hora de sumergirme en una novela escribo cinco o seis páginas todos los días y lo hago de cabeza, no escribo escaleta alguna. Visualizo la acción como si fuera la de una película que vi ayer y la plasmo en el ordenador.
– Me parece muy difícil hacerlo así, tiene su mérito.
Háblanos sobre tu novela “La piel ajena”
“La piel ajena” nació como un guion cinematográfico hace unos años durante una grave depresión. La idea se quedó en un cajón, pero en el confinamiento de 2020 decidí volver a sumergirme en esta historia y convertirla en una novela.
¿Hasta qué punto se puede ver de ti en la novela?, ¿crees que quien te lea te conocerá mejor?
El pasado y los traumas de Donovan, el protagonista, está inspirado en mí. Detalles como la oscuridad de la ciudad o el mal que la asola es inconscientemente el reflejo de mi situación personal de entonces, la depresión, estrés y ataques de ira que sufría.
No se si el lector me conocerá mejor si descubre “La piel ajena”, lo que es seguro es que notara esa oscuridad a su alrededor.
– Como lectora te puedo decir que se te conoce mejor y trasmite muchas cosas.
En cuanto a los personajes, ¿qué sería lo que destacarías de ellos?, ¿te has basado en personas cercanas para crearlos?
No, pero si en estereotipos clásicos del cine noir o la novela negra; el policía acabado, la jefa autoritaria, el mafioso que controla la ciudad y los perdedores que mal viven en ella.
Destacaría su resilencia, una vez giran las cartas que la vida les ha echado y se rebelan contra su futuro.
¿Cuál dirías que fue la escena que más te costó escribir y con la que más disfrutaste?
No tuve problemas con ninguna, tenía muy claro la escaleta en la cabeza y que ocurría en cada una de ellas y además el guion que rescaté del cajón me sirvió como base.
Disfrute con la ambientación, me encanta describir y que el lector huela la humedad y oiga la lluvia contra la ventana. La ciudad es un personaje más y como tal, siente y respira y eso es divertido mostrarlo con los elementos que la propia ciudad te da, como por ejemplo ponerle rostro a las columnas de humo que se escapan a la superficie por las alcantarillas.
¿Cómo surgió la temática de esta novela?
De un anuncio en el que el conductor dejaba libre un tatuaje que tenía en el brazo, a partir de ahí y con series como The X Files o películas como Seven, y como decía antes, sumergido en la novela negra ambientada en los años cuarenta, “La piel ajena” fue tomando forma.
¿Tienes algún truco infalible para el bloqueo?
Desconectar un poco, que también es sano. Tomar un café, ver una película, centrarte en otra historia y dejar descansar la novela que llevas en marcha. Nunca es bueno forzarse.
¿Tuviste claro desde el principio en publicar con editorial?, ¿qué tal la experiencia?, ¿te planteas en un futuro autopublicar?
Si porque como he comentado antes me encanta el libro físico. Es difícil porque las editoriales tradicionales publican, pero no promocionan, eso es un trabajo que debes hacer solo, con las herramientas que tengas o conozcas. No descarto autopublicar la siguiente novela.
Y por último, ¿tienes nuevos proyectos en marcha?, nos puedes adelantar algo.
Tengo escrita y terminada la segunda parte de “La piel ajena” el año que viene decidiré como y en que formato ve la luz. Por otro lado, hay una nueva historia que trascurre en el museo del prado, pero esa está aun en pañales.
– Muchas gracias por esta entrevista, por tu tiempo y dejarte conocer mejor, aquí siempre tendrás tu sitio y te espero con la próxima novela, que ganitas.
Os dejo el enlace a sus redes sociales y venta de la novela en Amazon.
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