Hoy es el día internacional de los abrazos, sí en su día ya hablé de esto pero de una manera muy distinta. En esta ocasión escribiré como en estos años ha cambiado la forma de sentir esos abrazos, como esta pandemia nos ha cambiado la forma de sentir.
Cuando todo esto empezó parecía un mal sueño, pero no, la realidad es que nos separó por completo de todo, se nos quitó algo muy preciado el contacto con otras personas, la libertad de hacer lo que nos nacía. Lo que antes hacíamos con tanta facilidad parecía todo un mundo, aprendimos a demostrar cariño de otras maneras.
La primera vez que volví a ver a los míos se me hizo difícil no poder dar un simple abrazo, sentir ese calor de hogar, ese cariño que las palabras por mucho que queramos no consiguen hacer llegar. Poco a poco volvieron las caricias furtivas para volver a sentir, pero seguíamos tan lejos aun estando tan cerca.
El primer abrazo fue tan intenso, no recuerdo el primer abrazo de mi vida, pero sin duda el primero después del confinamiento jamás lo olvidaré. Dejó de ser una tímida caricia, un simple gesto, para volver a ser un precioso abrazo, lleno de calor, de sentimientos, de tanta emoción… Lo que antes era un simple abrazo, se convierto en el acto más bonito entre dos personas.
Cuando nos quitan las cosas es cuando de verdad aprendemos a valorarlas de nuevo, ahora disfrutamos mucho más los pequeños gestos o al menos yo. Aún no hemos salido de esta pandemia, nos recomiendan la distancia social, pero hemos aprendido a volver abrazar o al menos a sentirlos de otra manera. Ahora son abrazos más cortos o separados en el tiempo; pero te aseguro que son cargados de mucho más amor que antes de que pasara todo esto.
A veces me pongo a pensar en el poder que tiene algo tan simple y que muchas veces no dábamos importancia, o al menos no la importancia que se merecía. Como algo tan simple nos llena el alma, nos alimenta de mil sentimientos que ni el mejor beso nos podría hacer sentir. Que importante es valorar todas las cosas simples que nos rodean, pero sobre todo saber valorar a quien tenemos al rededor para compartirlas.
Antes teníamos tantos tipos de abrazos, furtivos, de cariño, de despedida, puro compromiso… Ahora los que damos son puro amor, un te echo de menos, pienso en ti, un te quiero…Nos hemos vuelto más reacios a que invadan nuestra burbuja, que cuando lo hacen es para volver a sentir de verdad.
Poco se habla de los beneficios que producen en la salud, no solo sirven para transmitir emociones y sentimientos, sino que está demostrado que reducen la depresión, la ansiedad y el estrés. Por si esto fuera poco, dar y recibir abrazos reduce los sentimientos de enfado y apatía, relaja los músculos, libera la tensión del cuerpo, incrementa la autoestima… Un simple gesto nos hace tanto bien, no solamente para demostrar todo lo que sentimos sino para curar nuestras heridas.
Simplemente, desearos un feliz día del abrazo, que aprovechemos a sentir de verdad ese cariño que nos dan con algo tan simple; que las palabras siempre son bonitas, pero los sentimientos más puros no se dicen se demuestran. Que no solo valoremos los abrazos cuando nos los quitan, es buen momento de abrazar a quien tenemos a nuestro lado y demostrarle todo lo que sentimos de corazón. No dejemos para mañana lo que podemos decir y sentir hoy, feliz día y abrazar mucho, gracias por leerme un día más y os deseo un precioso finde. Nunca dejéis de soñar, besitos dulces.
